lunes, 23 de mayo de 2016

Contaminacion Auditiva



El ruido ensordece a Bogotá
La responsabilidad de controlar esta contaminación es de la autoridad ambiental y de las Alcaldías Locales. Los equipos disponibles y el personal capacitado son insuficientes para hacer los controles, advierte la Personería. Cinco localidades concentran 51% de las quejas que sobre el tema recibe el DAMA.
El DAMA y las 19 Alcaldías Locales urbanas de la ciudad carecen de los equipos y del personal idóneo para hacer un control efectivo a la contaminación auditiva generada por los establecimientos comerciales de entretenimiento y diversión abiertos al público.Un estudio de la Personería de Bogotá determinó que en el Departamento Técnico hay cinco sonómetros operados por un funcionario de planta y dos contratistas, quienes también deben apoyar a las alcaldías locales y hacer las mediciones de contaminación auditiva de industrias, lo cual es insuficiente para adelantar una gestión idónea en una ciudad de más de siete millones de habitantes.En las Alcaldías Locales el tema también es preocupante. 13 de ellas tienen sonómetros propios o suministrados por el DAMA pero no son calibrados oportuna ni frecuentemente. Tampoco son operados por personal idóneo, lo cual resta credibilidad y fuerza jurídica a las mediciones.De otro lado, el DAMA ha recibido, desde el año 2002 y hasta el 2005, 2.514 quejas ciudadanas por contaminación auditiva generada por los establecimientos comerciales abiertos al público, equivalentes al 25% de los requerimientos que recibe la entidad.Entre tanto, las 19 localidades urbanas han recibido 2.207 requerimientos por parte de los ciudadanos, desde que son competentes a partir del año 2001.La veeduría realizada por la Personería de Bogotá, estableció también, que en las localidades de Kennedy, Suba, Engativá, Barrios Unidos y Puente Aranda se reporta el mayor número de quejas, concentrando el 51% del total de éstas, donde los establecimientos comerciales como bares, tabernas y discotecas violan los límites de decibeles permitidos por las normas.Desde el punto de vista presupuestal, las Alcaldías Locales de Fontibón, Teusaquillo y Santa Fe suscribieron onerosos contratos de consultoría para hacer diagnósticos en la materia, pero los informes de ejecución no han servido de insumo a las autoridades para que mejoren su gestión y optimicen los controles. El monto de esos contratos es superior a los cien millones de pesos ($100'000.000).A pesar del preocupante diagnóstico, la Personería Distrital destaca el esfuerzo de la Alcaldía Local de Chapinero, que hace los controles con frecuencia; además adelanta campañas de educación ambiental y realiza acuerdos de autorregulación con los comerciantes para minimizar los impactos de la contaminación auditiva.

CONTAMINACION DEL AIRE EN BOGOTA CUN

Contaminacion del aire

Grave contaminación del aire en Bogotá
La grave contaminación del aire en Bogotá es un hecho y está envenenando a todos los habitantes de Bogotá.
Como puede apreciarse, el contar con un Metro para Bogotá para desplazar a los buses mejoraría dramáticamente la calidad del aire. El día del paro de buses no se aplicó restricción a la movilización de carros particulares por lo cual la gran mayoría fueron utilizados, demostrando que los carros particulares casi nada tienen que ver con la contaminación del aire en Bogotá.
Miles de personas en Bogotá sufren todos, o algunos de los siguientes síntomas causados por el envenenamiento del aire, mientras las autoridades no hacen nada para evitarlo:
Resequedad de fosas nasales
Ardor en los ojos
Fatiga
Sensación de asfixia
Ataxia que ya aparece en muchos Bogotanos
Tos
Ronquera
Dolor de cabeza
Dificultad para concentrarse
Dolor en las piernas
Los síntomas son originados por aumento de las substancias tóxicas en el aire emitidas por los buses de servicio público, camiones de carga, motocicletas con motores de dos tiempos, fábricas que producen emisiones contaminantes y por la incineración de materiales. Todo ello origina reducción de la concentración de Oxígeno, aumenta la temperatura y daña la capa de ozono, además de los graves problemas de salud a los que las incompetentes alcaldías de Bogotá nos exponen.
No existe forma de solucionar el problema con medicamentos que contrarresten el envenenamiento del aire.
Las personas más afectadas pueden respirar a intervalos Oxígeno húmedo medicinal, el cual debe ser formulado por un médico. Ello permite reducir hasta cierto punto algunos de los síntomas, pero no es solución. La ingestión de agua ayuda a mitigar los síntomas pero su efectividad es limitada, y repetimos que no contrarresta el envenenamiento.

Las soluciones para reducir este envenenamiento progresivo del aire son:
Construir un Metro en Bogotá.
El transmilenio es un sistema obsoleto, peligroso, contaminante, ineficiente, lento, que ocupa demasiado espacio y costoso de mantener, lo cual ya está demostrado incluso por las muertes que su construcción a causado.
Reducir las necesidades de movilización, por ejemplo empleando la Telemedicina y sistemas similares para otras áreas.
Penalizar a quienes obligan a originar desplazamientos innecesarios como son presentaciones personales para solicitar un documento o para obtener una cotización, etc.
Impedir la movilización dentro del perímetro urbano de Bogotá de los vehículos que más contaminan, los cuales se reconocen por los humos visibles que emiten sus tubos de escape y que corresponden al trasporte público, cuyo parao en Mayo del 2006 demostró reducción del 80% en la contaminación pese al incremento del trasporte privado durante los dos días que duró el paro.
Obviamente el pico y placa ambiental que limita el horario para que circulen los vehículos que más contaminan no solucionará nada pues continuarán contaminando durante las horas en que no tiene restricción.
Impedir la incineración de material dentro del perímetro urbano de Bogotá.

Como el metro transporta 7.28 veces más pasajeros que el transmilenio, ello equivale a un aumento de velocidad de 7.28 veces. Ello equivale a que el metro se desplazara a 269.4 km/h. Eso significa que cada pasajero en promedio necesitará únicamente la décima parte del tiempo entre esperar el vehículo y llegar a su destino.
Y aunque el costo sea muy superior, la productividad laboral aumentará, la calidad de vida mejorará y los gastos en salud se reducirán pues la contaminación se reduciría a los niveles que vemos en la foto comparativa de arriba. Además el mantenimiento del metro sería más sencillo y menos costoso. Esto sin contar que el impacto del metro sobre las vías sería menos de la mitad del causado por el transmilenio.